MUNDO YORUBA
LA BELLEZA MÁS REFINADA DE UN AWO ES SU ÉTICA Y CONOCIMIENTO

Oráculos


MUNDO YORUBA
BABALAWOS

SISTEMAS DE ADIVINACIÓN

Elegua y Shango jugaron un papel importante dentro de la vida de Orúnmila, quien está dado a ser el Orisha que conoce los secretos de la adivinación, siendo capaz de influir sobre el destino de las personas, aún siendo éste el más adverso. El arte de la adivinación se encuentra difundido en los rituales de la religión y constituyen el medio por el cual el consagrado se comunica con sus Orishas. Se basa en la interpretación de una serie de instrumentos tales como el coco, los caracoles, el ékuele u ópele y el tablero de ifá con sus ikines sagrados.

Los Oráculos son pilares fundamentales dentro de nuestra religión, y es a través de éstos, que los santeros o babalawos se comunican con sus dioses, y junto a los rituales de iniciaciones, asientos y funerarios conforman las máximas de la cultura religiosa yoruba.

Los tres Oráculos mas importantes dentro de la Regla de Osha e Ifá son:

EL ORÁCULO DEL OBI

Es el instrumento básico, en medio del cual en un ritual se tiran al piso cuatro pedazos o trozos de coco y luego se leen de acuerdo al Oráculo de Biague, porque según cuenta el patakí, un adivino con este nombre fue quien lo creó, transmitiéndoselo luego a su hijo Aditoto. Este instrumento le permite al santero o babalawo, obtener respuestas rápidas de los Orichas, para ello, hacen un llamado a su santo de cabecera y ruegan para que a través de su irradiación el coco hable.

Para ello, se deben tomar los cocos entre las manos y dejarlos caer desde la altura de las rodillas si se está de pie, o desde la altura del pecho si se está de cuclillas.

Cuando se pregunta sobre otra persona, se le pondrán los obinús en la frente antes de tirar para que hablen sobre ella.

Cuando se tira con coco fresco puede caer uno de los obinús de canto, lo cual deberá entenderse como que "el muerto está parado" porque quiere hablar o avisar sobre algo que está mal.

Al interrogar con el coco lo primero que debe hacerse es conocer la letra que se tiene antes de preguntar cualquier otra cosa, esto se podrá hacer preferiblemente por la mañana y todos los días aunque no es obligatorio. No hacerlo supone desconocer el estado en que se está para enfrentar las situaciones cotidianas y perder la posibilidad de mejorar el futuro inmediato.

Existen 5 combinaciones posibles, siendo las más importantes y difundidas: Alafia: Las cuatro conchas boca arriba. La gracia, el sí, paz, prosperidad. En dos tiros seguidos significará felicidad y lo bueno. Itagua: Tres pedazos boca arriba y uno boca abajo. Si pero sin seguridad, se debe volver a tirar preguntando el límite de ese sí. Si se da de nuevo, significa que es posible. Eyeife: Dos hacia arriba y dos hacia abajo. Si rotundo con firmeza. Confirma lo que dijo alafia si sale antes. Respuesta afirmativa definitiva. No hay que averiguar más en ese asunto. Okana Sodde: Tres hacia abajo y uno hacia arriba. Mala letra. Mediante un aviso se trata de evitar lo malo que viene, seguir investigando, abrir los ojos para verlo todo. Oyekun: Todos boca abajo. Anuncia muerte, por ello hay que encender una vela y hacer ebbó.


LEYENDA DEL OBI

 

Obi era un santo muy presumido y vanidoso. Un día Olofin dio una fiesta en el templo a la cual fueron todos los Orishas. Al llegar Obi, toda la gente fue a saludarlo y a pedirle dinero, como lo hacían con los que iban llegando. Pero Obi los rechazó y no quiso que lo tocaran. En el interior del templo, los Orishas se iban sentando en el suelo, Obi no se sentó por temor a ensuciarse. Fue tanta su vanidad y su orgullo que las quejas llegaron a oídos de Olofin, quien quiso constatarlo con sus propios ojos, así que organizó otra fiesta, y se disfrazó de mendigo para que Obi no lo reconociera. Cuando fue a entrar, salió a su paso y con un gesto humilde fue a saludarlo. Obi, lo reconoció quedando tan sorprendido que perdió el habla. Entonces, Olofin, le dijo que le devolvería el habla pero que sólo podría hablar desde el suelo, como castigo por tanto orgullo y vanidad. Desde entonces, el coco se tira al suelo y habla a través de dos caras.

 

EL ORÁCULO DEL DILOGGÚN

 

Todo aquel religioso que tenga coronado santo puede hacer uso de este sistema, se trata de caracoles marinos, Aye, llamados de esta forma por individual y Diloggún al juego de dieciséis piezas que conforman una mano, además le acompañan los demás complementos conformados por igbos.

 

Los caracoles o cauries usados en una época como moneda, se consideran sagrados. Son la boca de los Orichas y alrededor de ellos se tejen una serie de historias llenas de profunda significación esotérica, la forma en la que caen marcan números que vienen a representar los Oddunes, cada uno relacionado con un refrán y con un patakí. Con ellos se lee hasta el número 12, de ahí en adelante se debe enviar a la persona a realizar un registro que sea interpretado por un babalawo.

El Oráculo del Diloggún, es una de las vías de comunicación de la Regla de Osha con las distintas deidades del Panteón Yoruba, con nuestros ancestros, antepasados o difuntos, quienes proporcionarán ayuda a nuestros problemas para enfrentarlos positivamente; es decir, no sólo se usa para conocer lo que sucede, sino también, para indicarnos qué hay que hacer para solucionarlos, para pedir consejos, para evitar cualquier tropiezo en la vida, para sanar. Con el uso de este ritual de comunicación entre los Orishas y sus hijos se intenta conseguir el desenvolvimiento espiritual y material del ser humano. Por el caracol (tirar el caracol) hablan todos los Orishas Yorubas. Este Oráculo, forma parte de la apasionante, ancestral y profunda filosofía que caracteriza esta liturgia mágico-esotérica que se realiza en nuestro culto.

 


LEYENDA DEL DILOGGÚN

Yemayá estaba casada con Orúnmila, gran adivinador de la tierra de Ifé, él estaba muy unido con el secreto de los caracoles. Un día tuvo que hacer un viaje, largo y tedioso para asistir a una reunión de babalawos que había convocado Olofin. Como Orúnmila demoró en el viaje mas de lo que había calculado Yemayá, se quedó sin dinero comenzando a pasar fatigas. Así que un día se decidió aplicar toda su técnica y su sapiencia para consultar por su cuenta a quienes precisaban de ayuda. Yemayá, era adivinadora de nacimiento, y sus predicciones tuvieron mucho éxito y sus ebboces ayudaron a un gran conglomerado. Orúnmila, de regreso, oyó decir que había una mujer adivinadora y milagrosa en su pueblo. Él, intrigado, se disfrazó y fue preguntando por el lugar donde vivía la adivinadora, con la sorpresa que llegó a su propia casa. Yemayá al descubrirlo, le dijo: ¿Tú creías que me iba a morir de hambre?, entonces él furioso, la llevó ante Olofin quien decidió que Orúnmila consultaría con el Ékuele u Ópele, los Ikines y el tablero de Ifá y que Yemayá dominaría el secreto de los caracoles únicamente hasta el N° 12, haciéndole la advertencia a Orúnmila, que cuando Yemayá saliera en su Oddun, todos los babalawos tendrían que rendirle pleitesía, tocando con su frente el tablero y decir: Ebbo fi Eboada (lo poco que se está haciendo es para tu bien).

EL ORÁCULO DE IFÁ

El Oráculo de Ifá, es la más segura y completa forma de adivinación conocida por la historia humana hasta el día de hoy, es mucho más complejo y extenso, ya que su vasto cuerpo comprende la combinación de 16 signos principales llamados meyis, para un total de 256 oddunes, de allí que, su estudio genere una gran dedicación y tiempo.

Los babalawos no utilizan el Oráculo del Diloggún, tienen para sus necesidades dos formas distintas, una de ellas es a través de los Ikines, los cuales casi siempre están reservados para la adivinación en la realización de las consagraciones y con el Ékuele u Ópele, que se trata de una cadena con ocho conchas de coco o mitades de semillas de cierto árbol relacionado con tal herramienta y que siendo tirado arriba de una éstera, le emitirá al babalawo el oddun de ifá por el cual Orúnmila está estableciendo una adivinación.

La tirada en la estera del Ékuele u Ópele, es la forma en lo que los babalawos realizamos el proceso de la adivinación, ya que al hacerse con los Ikines se trata de un proceso mucho más demorado y que generalmente requiere de la presencia de otros babalawos, que en la medida en que van saliendo los distintos signos u oddunes, ellos los van anotando, sirviendo así tambíen como testigos de tal acto de adivinación.




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