MANO DE ORÚNMILA
MUNDO YORUBA | BABALAWOS
MANO DE ORÚNMILA
Las palabras mano de Orula son una derivación de Orúnmila, el nombre del profeta conocedor del Oráculo de Ifá. Y “Mano”, hace referencia a un juego de semillas del árbol de palma (Ope Ifá), llamadas Ikines.
Se conoce por Awofakán e Ikofafún, la ceremonia de consagración a través de la cual, se le da a conocer a los iniciados, los fundamentos del Orisha de la adivinación Orúnmila, este rito es comúnmente denominado recibir la mano de Orula.
Ikofafún
En el caso de la mujer (Ikofá) se dice que es el matrimonio de ésta con Orúnmila, y es la máxima consagración en Ifá que ésta puede alcanzar. La mujer así consagrada pasa a ser Apetebí de Orúnmila y puede, desde ese momento, participar en algunas actividades dentro de las ceremonias de Ikofafún y Awofakán celebradas por su padrino u oyugbona (segundo padrino). Entre estas actividades se encuentran la atención a los babalawos y nuevos iniciados; son las encargadas de las mesas de ceremonia (comidas y servicio), aportan su ashé al inicio de cada Itá, entre otras tareas por las cuales reciben un derecho (pago).
Awofakán
El Awofakán por su parte que recibe el hombre, significa para éste su primer paso en el camino de Ifá. Esto quiere decir que si Orúnmila lo determina en su Itá, y no hay ningún impedimento, el iniciado podrá más adelante hacer Ifá y convertirse en babalawo. Si, por el contrario, quien recibe no tiene camino de Ifá, su Itá de Awofakán se convertirá para él en su máxima orientación sobre la mejor forma de proceder y actuar ante la vida y sus adversidades, una orientación que se afianzará si más tarde llega a coronar su Ángel de la Guarda.
Para la realización de la ceremonia de Awofakán e Ikofafún, es necesaria la participación de al menos cuatro (4) awoses o babalawos, dependiendo de la cifra de personas a consagrarse. El ceremonial se realiza durante tres días. Sin embargo, el padrino debe llevar a cabo una serie de actividades y obras durante el mes previo a la entrega.
Generalmente, tanto la entrega de Los Guerreros como de Awofakán e Ikofafún, se desarrollan en conjunto, por lo que el padrino debe con anterioridad reunirse con cada uno de sus futuros ahijados para determinar el camino del Eshu (Elegua) de cada uno de ellos, y buscar su fundamento en los lugares de la naturaleza que correspondan a cada cual; del mismo modo despejará cualquier duda que con respecto a los requerimientos de la ceremonia, incluyendo el derecho a pagar por la misma, se puedan presentar.
1er día
El ceremonial se inicia con la llegada de los babalawos participantes, quienes se encargarán de preparar todos los detalles necesarios. Este día se prepara un baño de hierbas (homiero), el cual debe ser utilizado ese y los dos días subsiguientes por quienes se han de consagrar. También se le da conocimiento a los muertos familiares y ancestros acerca del acto que se ha de realizar, con la finalidad de obtener su aprobación. La parte más importante de la ceremonia es el nacimiento de los santos, para lo cual es necesario el sacrificio de los animales destinados para tal fin. Previo al nacimiento de los santos se realizan otra serie de actos que son propios de los babalawos dentro del cuarto de consagración y que constituyen parte fundamental en el ritual secreto de la iniciación. Al final de esta jornada, las personas regresan a su casa y se dan el primer baño con homiero.
2do día
Hay neófitos que restan importancia a este día, por cuanto no realizan ninguna actividad religiosa en específico. Sin embargo es un día de suma influencia pues Orúnmila ya ha nacido para ellos el día anterior y está observando “por primera vez” a sus hijos quienes deben tener en cuenta aspectos como: no visitar hospitales ni enfermos, no asistir a velorios, ni ingerir bebidas alcohólicas, no tener relaciones sexuales, no incitar ni participar en riñas o peleas, y evitar en lo posible todo aquello que altere el carácter de forma negativa. En definitiva, se trata de un día de reflexión y recogimiento espiritual.
3er día
Es el día del Itá o registro con Orúnmila. Es cuando se marca el signo de cada persona y se determina el Ángel de la Guarda de aquellos que aún no lo conocen. El ceremonial empieza temprano en la mañana, para dar nuevamente conocimiento a los muertos acerca del ritual que se realizará. Luego se presenta a Olorun (el sol) el ñangareo, bebida basada en maíz, aguardiente, leche y miel, para pedir la bendición de todos nuestros mayores, de religión y de sangre, así como la bendición de todos los santos y muy especialmente de Olorun. Esta ceremonia nace en el signo de Ifá Otura Meyi. Continúa la sesión con el desayuno, el cual, aún cuando no es en estricto una mesa de ceremonia, es propicio para el intercambio de ideas y para conocer aún más a quienes, a partir de ese momento, pasan a ser “hermanos de religión”. Del mismo modo, el intercambio con los babalawos participantes puede servir para saber a quien se escogerá luego como Oyugbona o segundo padrino. Luego del desayuno se procede a darle conocimiento tanto a los Guerreros como a Orúnmila de que va a comenzar el Itá, durante el cual sólo entra una persona a la vez, en orden de mayoría religiosa o de edad. Al término de cada Itá individual, o durante el mismo, se procede a la limpieza (Apayerú) en el tablero de Ifá. Finalizada la jornada del Itá, se reúnen los babaláwos para hacer formal entrega de los santos. Los iniciados escogen su Oyugbona para dar así como culminado el ceremonial.
El ilde de Orula es verde y amarillo, este debe ser impuesto solamente por un sacerdote de Ifá. El mismo representa el pacto que hizo Orula con Iku (la muerte) para que no tocara a ninguno de sus hijos hasta tanto él mismo dictaminara que su destino en la tierra había culminado. Cuando se rompe el ilde o collar (eleke), se debe llamar inmediatamente a su padrino de Ifá, ya que algo no está bien y hay que determinar a través de una consulta o dafá el porqué de esa ruptura.
Si usted vive de acuerdo a su destino, se esfuerza por ser lo mejor cada día y cumple con los sacrificios, encontrará la felicidad. Si vino a ser agricultor trate de hacer y procurar la mejor cosecha, pero no trate de ser banquero, porque será una triste caricatura de sí mismo.
Se recibe a Orúnmila por fe, por creer en él. Para respetarlo y atenderlo. El hecho de que Orúnmila lo ayude a obtener sus deseos no significa que lo reciba como una tarjeta de crédito, no lo reciba para viajar u obtener dinero.
Recuerde que Orúnmila sabe lo que está dentro de su corazón. Le será concedido lo que esté a su alcance y según el sacrificio que usted haya hecho. Recibir a Orúnmila y a los Orishas significa tener en quien apoyarnos cuando el mundo parezca que se nos cae encima, o a quien agradecer, cuando la vida nos depare momentos de felicidad. Con Orúnmila usted nunca estará sólo. Atiéndalo, respételo y ámelo que él siempre acudirá en su ayuda.
ORÚNMILA IBORU, ORÚNMILA IBOYA, ORÚNMILA IBOSHISHE!!!