CONOCIENDO A ORÚNMILA
MUNDO YORUBA | BABALAWOS
CONOCIENDO A ORÚNMILA
Según Adrián de Souza, en su libro “Los Orishas en África”, precisar etimológicamente la palabra Orúnmila es imposible. No obstante, comparte dos posibilidades. Existe una interpretación interesante que estipula que Orúnmila significa Orun: el cielo; Ami: presagio y La: aparece como el sol; en otras palabras: del cielo el presagio aparece como el sol. Además, existe otra interpretación que establece que Orúnmila: Oram-l’o-mo-eni-ti-o-la, que quiere decir: solo en el cielo Dios sabe quién se salvará.
Aunque estas explicaciones sirven como un buen punto de partida, resulta quizás, más revelador compartir otros nombres que se le atribuyen a este Orisha: Akoni-Laran-bi-Iyeran-Eni: el que da un sabio consejo como un familiar. Adi-fa-fun: aquel que se sienta en la estera y adivina el pasado, el presente y el futuro. Gboye gborun: el que vive tanto en el cielo como en la tierra. Agiré-Ilé Ilagbon: el sabio que habla desde la casa de la sabiduría y el conocimiento. Afedeyo: el que se comunica de manera universal e individual porque él habla y comprende todas las lenguas. Ibikeji Olodumare: el que sigue en rango a Olodumare. Oluwa-mi-Atobafoye: el que es capaz de sotener la vida. Agboniregun: deidad dotada de grandes conocimientos de la vida. Elerii Ikpín: aquel que fue testigo de nuestros destinos.
Cuenta una historia yoruba que Orúnmila estaba furioso con sus hijos y amenazó con abandonar la tierra y marcharse para el cielo. En ese instante, surgió tremendo caos sobre la tierra. El orden y balance natural de las cosas se descompuso. Todo quedó invertido. La humanidad se quejó buscando solución al problema intentando volver a la normalidad. Pero, todos sus esfuerzos fueron en vano. No fue hasta que Orúnmila, antes de ascender al cielo, dejó los ikines, las 16 nueces de la palma sagrada con el mandato que con los ikines sus seguidores darían solución a todos los problemas. Entre los yoruba existe el entendimiento profundo de que el que no crea que Orúnmila está en el Ikín, Ifá lo matará. Más aún, a Orúnmila se le nombra como Iku dudu atewo: La muerte negra en la palma. Esto se refiere al poder del Ikín. Nadie puede predecir si lo que se adivinará será favorable o no. Por ejemplo, adubíita: el Ifá negro, encarna la connotación Ifá es incomprensible e inescrutable y que un sacerdote mediante una semilla negra (ikín) puede trabajar con Ifá.
Existe entre muchos la confusión de asumir que Orúnmila e Ifá son la misma cosa. No es cierto. Entre muchas cosas, Ifá se refiere a un sistema de adivinación compuesto por 256 códigos que encarnan toda la gama de experiencias que nos ha dado Olodumare como energía vital donde se recogen todo los fenómenos y manifestaciones de la naturaleza. En otras palabras es la sabiduría y la espiritualidad de Olodumare codificada, cuyo intérprete y maestro es Orúnmila. O sea, Orúnmila es el portavoz de Ifá que trasciende el tiempo y el espacio. Es por eso que Orúnmila es la única divinidad que ha sabido utilizar con efectividad la inteligencia y la sabiduría para resolverlo todo.
En resumen, como nos relata de Souza, Orúnmila representa: “la rectitud de los principios, el sentimiento del honor, la imparcialidad, la justicia, la consideración, el dominio mental emocional y físico, la prudencia, el dominio de la memoria y la meditación, la pureza, la paciencia, la persuasión, la adaptabilidad, la tolerancia, la humildad, el estudio, el amor y la sabiduría, el tacto, la compasión la perseverancia, la calma y la reverencia”.