RELACIÓN CON ORÚNMILA
MUNDO YORUBA | BABALAWOS
LA RELACIÓN CON ORÚNMILA
No se piense que Ifá es en una religión universal en cuanto a la pesca de feligreses, el centro de Ifá son los reencarnados de los seguidores originales de Orúnmila, sus oddun y omoluos, que vinieron del cielo. No todos pueden volverse seguidores de Orúnmila, a menos que se escojan específicamente. Orúnmila, no busca convencer a alguien para pertenecer a Ifá. De hecho, muchas personas vienen a él cuando tienen problemas difíciles, y a menudo, parece que tales problemas parecen insuperables. Si una persona es afortunada, tendrá un medio de saber que está destinado a ser un seguidor de Orúnmila. Una vez que se escoge a una persona como su seguidor, debe hacer un esfuerzo por seguirlo fervorosamente, porque el seguidor a medio tiempo se busca muchos problemas, que no son necesariamente causados por éste Orisha.
Hay una variedad de maneras en el que uno puede asociarse con Orúnmila, les puedo decir que a Orúnmila no le gustan las personas imperfectas, con vicios, vidas desordenadas o licenciosas. Para ser un Awo ni Orúnmila se debe ser un hombre cabal, caballero, respetuoso de la gente y de la naturaleza, sin vicios de ninguna índole, ser comedido en sus opiniones, paciente, juicioso, estudioso de las enseñanzas de Ifá y practicante de ellas, perseverante y humilde. Como un hecho importante, la ceremonia de mano de Orúnmila nos indica cual es el camino de una persona en la religión, son cientos de casos que no habiendo recibido esta ceremonia, a la persona le hacen santo y después Ifá, con los consabidos problemas que esto les acarrearía a los que hicieron este desastre.
Cuando en un Atefá de Awofakán los signos son mejis, o son combinaciones que rebasan lo permitido en el caracol esta persona debe pasar a Ifá, así es también en el Itá de Kariosha; sin embargo, hay casas de Ifá donde se acostumbra preguntarle en la ceremonia de Itá al ángel de la guarda de la persona, si lo deja a pasar a la tierra de Ifá.
En el pasado la importancia de hacer ceremonias a los niños recién nacidos, era para habilitar a sus padres acerca del camino que el infante debía seguir y llevar en la vida. Ocho días después que un niño nacía, los awoses que se especializaban en los astrales de los niños recién nacidos, se invitaban para leer e investigar la vida del mismo. Así por ejemplo, cuando en ésta ceremonia el signo que salía le advertía a los padres, que el niño los iba a abandonar prematuramente (abikú), casi invariablemente, se le hacía Ifá muy temprano en vida, ello como mecanismo para contrarrestar una eventual muerte intempestiva.
Un seguidor de Orúnmila no debe perder la fe en su habilidad para resolver problemas, mediante la adivinación y el sacrificio. Hay cosas buenas y malas en los signos de Ifá (ire u osorbo). Esos que vienen con infortunio al mundo bajo el patrocinio de un Oddun de Ifá no deben desesperar. Hay manera de mejorar mucho, porque Orúnmila puede volver el infortunio en fortuna y la mala cabeza en buena cabeza.
Orúnmila dice que cuando tiene prisa, su rapidez de acción no es más veloz que el paso de la hormiga más pequeña o el correr del caracol más rápido. Dice que es igual, cuando camina y un árbol se cae y le obstruye su paso, se queda frente al árbol, hasta que se pudra antes de continuar en su jornada. Si en cambio, una piedra bloquea su movimiento esperará hasta que se haga un puente proporcionado por un montón de hojas. Igual cuando decide reaccionar no lo hace directamente. Apela a alguna de las deidades más agresivas como Eshu, Oggún, Sakpana o Shango, con sacrificio para ellos y los exhorta actuar en su nombre. Orúnmila dice que si reacciona demasiado pronto, lo hará en tres años y sólo cuando se ha agotado su paciencia. Pero cuando finalmente decide reaccionar, lo hará duramente.