EL IYAWO
MUNDO YORUBA | BABALAWOS
EL IYAWO
En el primer día de la iniciación nacen el nuevo Iyawo y sus Orishas. Sus santos son puestos en su cabeza, por lo tanto se reciben internamente de forma que el Iyawo y sus Orishas están inseparablemente unidos de por vida. En el segundo día, o Día del Medio, el Iyawo es vestido en sedas y satines esplendidos, que insinúan la realeza ahora presente en el trono para recibir los visitantes que han venido a complacerse de la presencia del Orisha. En el tercer día, o Día del Itá, el nuevo Iyawo aprende lo que el futuro le depara. Uno a la vez, los Orishas que él o ella han recibido le hablan dándole sus prudentes consejos. El Iyawo se pasa el resto de la semana en el trono del Orisha descansando y meditando acerca de la nueva vida que solo está en sus comienzos.
Por el resto del año el Iyawo se mantiene en un estado de protección que es lo conveniente para la esposa o esposo real del Dios o la Diosa. No deben permitir que nadie que no haya sido iniciado los toque o tome nada de sus manos.
Deben estar en sus casas antes de la caída del sol, es decir, no debe estar de noche en la calle, solo pueden vestir con ropas del más puro color blanco. No pueden usar maquillaje ni ninguna joya, con la excepción de las pulseras y collares que recibieron durante su iniciación, y por los tres primeros meses deben comer sentados en una estera de paja la cual denota un espacio sagrado en la religión. Son vistos como recién nacidos en esta nueva vida religiosa, por lo tanto no pueden utilizar cuchillo o tenedor para comer durante ese año, no pueden estar entre multitudes o ir a plazas de mercado.
No deben mirarse en espejos o retratarse. Nada debe interferir con la comunión del Iyawo con su Orisha. A él o a ella se les debe llamar siempre por el nombre Iyawo y no por su nombre propio, por lo que cada vez que se les llama Iyawo se les está limpiando y separando un poco de la vieja vida que abandonaron en el momento de su iniciación.
El Iyawo es mimado y consentido por los santeros con los que entra en contacto. También son vigilados cuidadosamente porque el Iyawo debe ser protegido a toda costa y no se les debe permitir que violen sus tabúes sagrados.
Durante el Iyaworaje o año en el cual el Iyawo sigue a su Orisha, suceden muchas cosas a su alrededor ya que a medida que los dos se van conociendo íntimamente, se va formando la base de una vida "en Santo" y el entendimiento que son tan innatos en un santero. Un entendimiento basado en una comunión sagrada que dura para el resto de la vida y mucho más.