MUNDO YORUBA
LA BELLEZA MÁS REFINADA DE UN AWO ES SU ÉTICA Y CONOCIMIENTO

LA MOYUGBA


MUNDO YORUBA 
BABALAWOS


LA MOYUGBA

Moyugba proviene del yoruba emi-Yo; ayugba-Saludo: Yo te saludo. Cada vez que hacemos cualquier rito, o acto de adoración en la religión yoruba de la diáspora lo iniciamos con omi tuto, una libación de agua fresca. Mientras hacemos la libación se dice lo siguiente.

Omi fun egun, omi fun ile, omi fun gbogbo keke timbelaye timbelese OlodDumare. Omituto, ona tutu, tuto laroye, tuto ile, tuto ariku babawa.

La moyugba se divide en tres partes. La primera inicia con un saludo a Olodumare, llamándolo por todos los nombres con el que es alabado, en un acto que reconoce al Divino Creador y su omnipotencia. Aunque a menudo es citado como una deidad silente y distante, en la tradición Osha Ifa cubana, Olodumare debe ser reverenciado en todos los rituales, dado que sin el Dios Supremo nada es posible.

Después de rendir homenaje a Olodumare, rendimos tributo a los ancestros que jugaron un papel importante en el esquema de la religión yoruba o lucumí. Que son Asedá (Ashedá) y Akodá; quienes fueron los dos primeros discípulos de Orúnmila, y lo ayudaron a diseminar la palabra de Ifá y su sabiduría a toda la humanidad.

Continuamos rindiendo homenaje al tiempo. Reconocemos en el pasado, el presente y el futuro, al indispensable testigo de los minutos de viaje de la humanidad a través de la real existencia y entonces pedimos por la existencia continuada del mundo y nuestra especie.

Después, rendimos tributo a nuestra madre (Iyatobi) y padre (Babatobi), los dos seres más esenciales, sin los cuales no podríamos obviamente existir. Un pueblo muy orientado a la familia, el yoruba y sus descendientes, dan gran importancia y respeto a sus progenitores a quienes adoran durante su vida y continúan adorando aún después de la muerte. En efecto nuestros padres son tan sagrados como cualquier Orisha.

Cuando se rinde homenaje a Ara-la Tierra; el cuerpo físico del planeta -el Ile- el suelo que pisamos tanto como la casa donde vivimos. Como un observador silente, este planeta nos provee de nuestra existencia y es el receptor eventual de todas nuestras acciones. El Ilé nos da vida, nos nutre a través de toda nuestra existencia y después de nuestra muerte la nutrimos a ella con el cuerpo que ella sustento durante años. Como conocemos el Olorisha no puede ser cremado, sino que debe retornar a la tierra que lo proveyó.

La segunda sección de una moyugba consiste de los saludos a nuestros ancestros. Los ancestros son denominados Egúngún o Egún. Estos no deben confundirse con Arao rún (Araonú) ciudadanos del cielo; o los Iwin-Almas errantes que vagan por la tierra. Egungun son aquellos espíritus que están relacionados con nosotros por la sangre y a través de nuestra ascendencia de Orishas. Todos los otros son Ara orún.

Los Iwin son entidades negativas, usualmente espíritus de personas que han muerto antes de su debido tiempo, por suicidio o a través de la influencia de brujerías o encantamientos. Aunque no es una práctica ortodoxa, hay Olorishas que rinden homenaje en sus Moyugbas a sus guías espirituales. Esto es un error. Estas entidades son reconocidas en un segmento particular y generalizado de la Moyugba, y no deben ser incluidos entre nuestros Egún porque ellos simplemente no son Egún. Ara orún como veremos son reconocidos en la estrofa final del segundo segmento cuando decimos:

Moyugba gbogbo wán olodó araorún, oluwó, iyalosha, babalosha, omó kolagbá Egún mbelése Olodumare.

Los yorubas consideran a los ancestros tan importantes y sagrados como los Orishas y merecedores del mismo respeto. En efecto, Los Eggun completan al Orisha como se aclara en el proverbio Ikú lóbi osha (El muerto parió al Santo).

En esta etapa en la Moyugba, unos ancestros son llamados para que nos ayuden en la propia ejecución de las ceremonias y ofrezcan su apoyo y sabiduría para el beneficio de los presentes. Después tenemos que saludar a los devotos de Egungún, cuando rendimos homenaje a aquellos ancestros que acompañan a nuestros primeros iyalorishas-madrinas; babalorishas-padrinos; oyugbona-segunda madrina, la asistente de la iyá o babalorisha en ese orden y después todos aquellos presentes dentro de la casa.

La tercera parte y final consiste de un rezo a Olodumare y a todas las otras entidades que llamamos antes para que ellos aseguren el bienestar de los devotos, de su compañera en la vida y de todos aquellos que puedan estar presentes. Los rezos se dicen para que no llegue el daño a ninguno de los presentes y para que no los aflija el infortunio que no esté dentro del destino escogido.

A continuación mencionamos a algunos ancestros de renombre que pueden ser invocados en cada Moyugba:

Ña Rosalía, Efunshé Warikondó, Fundadora de la rama Egbado. Omó Oshosi. En el último cuarto del siglo XIX, Efunshé pudo haber introducido en Centro Habana la ceremonia adoshú osha practicada hoy y que eventualmente se ha esparcido al resto de la isla.

Ma Monserrate González, Obá Tero. Fundadora de la rama Egbado. Oní Shangó. Obá Tero es la fuente de muchos Orishas Egbado en Cuba: Olokún, Oduduwá, Bromú, Yewá, y otros. Su descendencia está muy bien enmarcada en Matanzas.

Fermina Gómez, Oshabí ordenada por Ma Monserrate González, Oshabí se conoció como la más reputada fuente en Cuba de Orishas de Egbado, como Olokún, Yewá y Oduduwá hasta su muerte en 1950. Ella heredó su conocimiento de su Iyalorisha Obá Tero.

Arabia Oviedo, sacerdotisa de Oyá que fundó una descendencia en Pueblo Nuevo, Matanzas. Su descendencia es probablemente la segunda más numerosa en Matanzas.

Timotea "Latuán" Albear, Ajayí Lewú Oní Shangó y una de las primeras Obá Oriatés. Ella entrenó a Octavio Samá, Obadimejí.

Ña Belén González, Apóto, fundadora de la descendencia conocida como "la pimienta", no esta claro si ella fue un Oló (omo) Oshún u Oní Yemaya. Fue ordenada en Cuba por una iyalorisha conocida como Teresita Oshún Funké, probablemente la misma Teresita Ariosa. Una fuente dice que fue ordenada por La China Silvestre, Oshún Miwá, y otros dicen que Apóto fue quien la ordenó (sacramento) Oshún Miwá.

Ña Margarita Armenteros, Ainá Yobo Fundadora de otra importante descendencia en la Habana.

Tibursia Sotolongo, Oshún Mewá y Obá Oriaté Abelardo Bequé (Becker), Oñí Osun (Tibursia) desciende de Ainá Yobo.

Ño Filomeno García, Atandá Babalawó, onilú –tamborero y abegí- escultor, quienes junto con Añabí, tallaron los primeros Bata ortodoxos construidos en Cuba. Atandá es también considerado por haber tallado la mascara de Olokún (posiblemente Geledé) usada en el siglo XIX en la localidad de Regla, Cuba, para bailar para este Orisha.

Ño Juan "el cojo," Añabí Babalawó, onilú -tamborero y abegí - tallador quien junto con Atandá, talló los primeros tambores bata ortodoxos construidos en Cuba.

Ño Remigio Herrera, Adeshiná. Probablemente uno de los primeros babalawos que llegaron a la Isla por el año 1830 y que pudo haber tenido alguna participación en las ceremonias para crear los primeros tambores Batá de Atanda y Añabí en Cuba. Aunque el entró a Cuba a través de Matanzas, donde vivió un número de años, es también bien conocido en Regla donde pasó los últimos 35 años en la isla e inicio el Cabildo Yemayá que más tarde fue heredado por su hija Josefa "Pepa" Herrera, Eshúbí.

Octavio Samá, Obadimejí. El primer hombre nacido en Cuba Obá Oriate, discípulo de Latuán. Obadimejí fue ordenado dos veces; a Oshun en su nativa Sabanillas, y a Agayú cuando llegó a la Habana a finales del año 1900. Latuán y Efunshé rechazaron creer que el había sido ordenado y demandaron que se realizara nuevamente el ritual. En el Itá se descubrió que él verdaderamente había sido ordenado, de aquí su nombre "Rey convertido dos veces" o como se dice en Cuba "el que fue coronado dos veces"

José Roche, Oshún Kayodé. Ordenado en 1896 por Tranquilina Balmaseda, Omí Saya, una religiosa descendiente de Efunshé. Oshún Kayodé fue probablemente el segundo hombre Oriaté, entrenado particularmente por Latuán.

Calixta Morales, Odé Deí. Algunas fuentes creen que fue hija de Efunshé. Fue posiblemente la primera Olorisha de Oshosi ordenada en Cuba.

Josefa "Pepa" Herrera, Eshúbí. Hija de Adeshina y posiblemente la primera Olorisha ordenada en Elegba en Cuba.

Ña Inés, Yenyé T’Olokún y Ma Monserrate González, Obá Tero fueron las primeras que la ordenaron en el último cuarto del Siglo XIX. Es recordada por la procesión del Cabildo que desfilaba anualmente a través de la ciudad de Regla en honor a Yemayá y Oshun.

Tata Gaytán, Ogundá-fún. Famoso babalawo que murió en 1945, y probablemente el primero que fue ordenado en Cuba. Adeshina lo consagró a finales de 1900. Más conocido por ser el primer babalawo que consagró Olokún a otros babalawos a inicios del siglo XX.

Aurora Lamar, Obá Tolá. Hasta el año 59, Aurora Lamar fue probablemente la Iyalorisha más prolifera en Cuba ordenando sobre 2000 personas. Ella introdujo la religión en Santiago de Cuba en 1940. Su descendencia es probablemente la más extensa actualmente.

Tomás Romero, Ewín Letí. Tomás Romero fue discípulo de Obadimejí. Fue uno de los más populares Oriatés después de la muerte de su mentor.

Nicolás Valentin Angarica, Obá Tolá. Obá Tolá fue ordenado por Obadimejí en 1941, y aprendió con este hasta la muerte de su padrino en 1944. Aunque trabajó con su padrino un período corto de tiempo, trajo a la Habana el conocimiento que había obtenido de su familia en su nativa Carlos Rojas en Matanzas. Fue descendiente de una larga línea de Olorishas. Es el más recordado por haber escrito el primer libro publicado sobre la religión lukumí en Cuba, en 1950: "El Lucumí al Alcance de Todos."

Lamberto Samá, Ogún Toyé. Uno de los dos mas importantes Oriaté que sucedió a la generación de Tomás Romero.




 
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